Que no haya terceros, no quiero nadie en mi terreno. Más una vez el pecado invadió mi piel, haciendome conocer el sabor de la hiel. Oh, jamás me abandones otra vez en las garras de otros que nada saben de amor, que nada saben de la razón. Obsesión mia, dejame convertirte en mi destino, prometo que llegaré a la perfección.